Os lo confieso: me fue imposible sentarme en todo el tiempo que estuve en la primera sesión de la primera Academia Ciudadana de la Energía el viernes pasado. No fue solo el hecho de que tuviéramos que ir añadiendo sillas sin cesar a medida que avanzaba la tarde; es que (sobre todo) estaba demasiado emocionada por presenciar el inicio de algo que sé que será transformador; que cambiará el estado de las cosas respecto a la mercado energético en nuestra Comunidad.

Este texto es de agradecimiento, antes que nada y en primer lugar, a las personas que estuvisteis allí. Lo que cada una de vosotras traía para compartir durante la ronda de presentación no pudo ser más emocionante. Vuestras preocupaciones, curiosidades e inquietudes, emocionan porque son cotidianas, humanas y nos atraviesan, de una manera u otra, a todas las demás personas que os escuchábamos. Y la emoción se hacía más fuerte a medida que cada una iba tomando la palabra para presentarse y compartir las razones que le habían llevado hasta allí…

 “Yo solo soy una consumidora, pero quiero aprender y sé que en ese conocimiento está mi fuerza.”

Yo quiero aprender para poder explicar, porque no hay nada más frustrante que te pregunten y no saber responder.

He venido a conocer a otras personas con mis inquietudes respecto a la situación de la energía en nuestro país que sé que existen pero que no sé dónde encontrarlas.

Quiero estar seguro de lo que hay para poder ayudar a otros a entenderlo, ser un embajador de esta transformación.

Había estudiantes, muchas estudiantes, una de las cuales nos contaba: “estoy aquí porque en la universidad nos enseñan mucha teoría pero poca realidad de cómo pasar a la acción y este es EL espacio para pasar a la acción.

También hay profesores en esta Academia Ciudadana, uno de los cuales explicó que “a pesar de llevar años dando clases, espacios como este hacen falta porque el entorno universitario a veces es demasiado rígido y los estudiantes no reaccionan a propuestas en ese entorno.

Arquitectas, comunicólogas, ingenieras, ambientólogas, economistas… personas todas, interesadas y curiosas en llegar a alcanzar esa “masa crítica” que nos permita afirmar que esta apuesta ciudadana de comercialización de electricidad 100% renovable es sostenible, que estamos cambiando las reglas del juego y que lo estamos haciendo basándonos en la colaboración transparente, responsable y justa.

En segundo lugar, van las gracias a las compañeras y compañeros de La Corriente por el hecho de haber podido llegar hasta aquí. Esta Academia liderada por La Corriente constituye posiblemente la primera toma de contacto con la cooperativa para muchas de las personas que estuvisteis allí, pero, en realidad, es el punto de llegada de un año de intensísima actividad. En un año, hemos confirmado tanto el interés que hay en la ciudad y el resto de la Comunidad de que exista una cooperativa comercializadora ciudadana que viva en, por y para su territorio. Aquí van los hitos más importantes, aunque quedan otros muchos por contar:

  1. La acogida bajo el ala del proyecto Mares para tomar el impulso necesario para alzar el vuelo;
  2. La campaña de microfinanciación tan exitosa que concluimos en junio para poder adquirir la licencia de comercialización;
  3. La presencia en eventos clave para la energía y la Economía Social y Solidaria junto a las invitaciones que no cesan para que participemos en eventos ciudadanos para construir desde abajo;
  4. La creación de mano de unas mujeres excepcionales socias de la cooperativa un área de igualdad que está liderando algunas iniciativas en nuestra región que visibilicen el papel (invisibilizado y por ello ignorado) de las mujeres; y
  5. ¡La respuesta a esta primera Academia Ciudadana de la Energía! Sois más de 30 personas inscritas, aunque esperamos picos de muchas más personas en algunas sesiones que abriremos a otras comunidades, algo que podemos considerar todo un logro.

Pero este año, además, nos ha regalado una compenetración nada ordinaria a nivel de un grupo promotor formado por personas que se acompañan, admiran, aprenden juntas y que saben que solo incorporando nueva energía podremos seguir adelante.

En último lugar, por aquello de nuestra escritura y lectura lineal pero en absoluto en términos de importancia, gracias a nuestros aliados en esta aventura: ECOoo, el proyecto Mares y la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético. Nuestro acuerdo es la prueba de que volvemos a ir a contracorriente en el sector de la energía en el que nos movemos. Porque si de lo que se trata es de cambiar nuestro actual modelo (la manera en la que generamos y consumimos energía), es imperioso que cambiemos las maneras en la que nos relacionamos. Y este acuerdo es una prueba de que elegimos colaborar en vez de competir, sabiendo que el entorno, nuestra tendencia y educación, juegan en contra de tal elección. Pero no estamos solas y confiamos en nuestras compañeras de viaje.

Gracias a Julio Campo de ECOoo y coordinador del Mar de Energía, a Ana Valverde, vicepresidenta de nuestra cooperativa y a Adrián Gallero de la Oficina de Economía Social del Ayuntamiento de Madrid por estar allí presentándonos, enseñándonos e inspirándonos. Fijaos cuánto aprendido y cuánta emoción en unas solas horas.

Tras toda esta reflexión, permitidme que me quede con dos lecciones entre la variedad de cosas aprendidas: el valor y la urgencia de una colaboración que pone a las personas y al planeta en el centro y la centralidad del aprendizaje como pieza clave que nos permita dar el salto necesario para pasar de un sueño a una alternativa concreta para la ciudadanía madrileña. Y todo ello con personas ilusionadas y que ilusionan.