Hace ya bastantes años que se acuño la frase «Piensa globalmente, actúa localmente«, que se ha estado utilizando en movimientos sociales e, incluso, en empresas multinacionales. Sin duda, ya sea de forma explícita o inconsciente, la aparición de Internet dio un impulso a la capacidad de crear redes ciudadanas y nunca antes esta frase pudo estar tan en vigor.

En La Corriente pensamos en global. Es inevitable. Apostamos por una transición energética a un modelo más sostenible, más ciudadano, más participativo, más social y más respetuoso con el ambiente. Por ello, tejemos redes de colaboración.

Pero creemos que dentro del sector energético es importante actuar localmente. Porque la energía es un campo donde mucho sentido ese término antiguamente denominado «tecnología apropiada«, y que se puso de moda en el mundo de la cooperación al desarrollo.

El acceso a la energía tiene un gran impacto social, económico y ambiental. No solo en cantidad, sino en cualidad. Dependiendo de cómo se haga el desarrollo, una región no solo crecerá más o menos, sino que será de una o de otra forma. De eso se trata cuando hablamos de transición energética. ¿Quieres una generación distribuida con ciudadanos prosumidores? ¿O queremos unas empresas multinacionales fuertes y verticales que controlan toda la cadena de producción y distribución de energía? ¿Y con qué tecnologías? ¿Cuáles son las más adecuadas para nuestra región y nuestras necesidades? ¿Cuáles son más adecuadas de gestionar teniendo en cuenta nuestra estructura social y cultural?

Conocemos Madrid; es una región con una aparente dualidad. Por un lado, la Madrid Capital, cosmopolita, reivindicativa, visible y urbana. Por otro lado, los pueblos de la región, a la sombra de la Capital, más ocultos, peleones y con un pie entre «lo de pueblo» y «lo urbano». Y como puente entre ambos mundos aparentemente distantes, existen muchos barrios de la propia Capital, a tiro de piedra del centro (a veces, no tanto) pero que, cuando paseas por ellos, recuerdas que Madrid, el de no hace mucho tiempo, fue antes un pueblo, y que ahora aloja a «gente de toda la vida» junto con inmigrantes,  esos que vinieron «de provincias» con los que ahora vienen de otros países.

Es posible ofrecer una tarifa eléctrica «personalizada» con una metodología estándar, aplicable en cualquier municipio de España, sea o no de Madrid. Pero cuando pretendes dar una propuesta energética a la región que sea social y ambiental, cuando apuestas por una transformación energética, necesitas algo más.

Queremos estar cerca de los ciudadanos madrileños, conocer sus inquietudes, ayudarles a que se empoderen en el sector energético, que sean activos y que, entre todos, podamos decidir qué desarrollo queremos para nuestra región y qué energía queremos que la impulse.

Queremos personalizar la formación energética para que se adapte a lo se necesitamos en Madrid, con todas las variantes que tiene la región, pero con ese común que nos une.

Queremos ofrecer generación y autoconsumo adaptados a los recursos y capacidades energéticas de Madrid, tanto en la capital como en el resto de los municipios.

Queremos ser una alternativa energética específica para una comunidad que se ha caracterizado siempre por ser un devorador de energía, cual metrópoli alimentándose de sus «colonias energéticas». Creemos que hay que cambiar este paradigma y queremos ser parte de esta transformación.

Sabemos que la energía es clave para el tejido económico y queremos ser un socio y compañero de viaje de todas aquellas iniciativas empresariales que apuesten por una transición energética más social y ambiental.

Y queremos participar en los foros municipalesiniciativas locales de desarrollo de economía social.

Porque nos gusta lo local.