La sesión en la que participamos, tras las dos anteriores en las que se trataron modelos de producción y consumo, así como la visión de la economía social y solidaria desde una perspectiva consumerista, estaba centrada en las propias entidades que forman parte de la escuela para exponer la actividad que desarrollamos así como los retos a los que nos enfrentamos. Además, se buscaba el feedback con el alumnado para determinar en qué áreas les gustaría y podrían participar de manera activa.
Durante la sesión, nuestra compañera Laura González habló del origen y grandes hitos en el recorrido de la cooperativa, así como
de los valores y la visión que hay desde La Corriente de la necesaria transición energética. Una transición en la que la energía empiece a verse como un bien común y no como un activo en el mercado y que se sostenga en la educación energética (formación, información y empoderamiento de la ciudadanía), la eficiencia energética y el cambio un modelo de generación distribuido basado en el autoconsumo colectivo a partir de fuentes renovables. Todo ello con la integración de una perspectiva feminista.
La participación como herramienta de transformación social
Tras esta breve descripción del proyecto de La Corriente se plantearon las áreas en las que podía participar el alumnado, en las que se destacó la colaboración y elaboración de contenidos en la
II Academia Ciudadana de la Energía que estamos preparando, y que, de momento, tendrá lugar en el mes de abril en el E-Social Hub de Tetuán. Otras de la áreas sugeridas fue la participación y el apoyo en las tareas de comunicación y creación de comunidad, fundamentalmente a través de las redes sociales, además de impulsar la creación de nuevas comunidades energéticas. Ante los cambios de normativa del mercado eléctrico que tendrán lugar a lo largo del 2020, también se ofreció la posibilidad de participar en el estudio e implantación de todos estos cambios.
Una vez planteadas las áreas de participación, se plantearon 3 retos a los que se enfrenta La Corriente:
– Aumentar la visibilidad y presencia de la cooperativa a más personas y zonas de Madrid.
– Buscar argumentos con los que llegar a las personas para conseguir que no sólo prime el discurso económico.
– Cual es la aportación de las mujeres al sector energético y como se pueden integrar.
Se crearon 3 grupos, uno por cada reto, en los que tras 30 minutos de debatieron entre ellos visiones, opiniones y alternativas. A continuación cada grupo realizó una exposición colectiva sobre las ideas fuerza que había extraído de sus debates, en la que plantearon varias ideas y cuya aplicación se evaluará dentro la cooperativa.
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